J. PRAT, C. NAVAU Y À. SÁNCHEZ, UAB
Hacerse invisible ha sido siempre uno de los grandes sueños del ser humano. La cultura popular ha plasmado esta fantasía en todo tipo de obras, desde el mito griego de Perseo hasta El hombre invisible, de H. G. Wells, o Harry Potter. Pero ¿cómo tornar invisible un objeto?
En principio caben dos posibilidades: conseguir que el objeto se vuelva transparente al paso de la luz (como el protagonista de la novela de H. G. Wells), o bien revestirlo con una «capa de invisibilidad» que haga que la luz que llegue hasta su superficie la rodee y continúe después por el mismo camino que hubiera tomado en caso de que el cuerpo no existiese (como la capa de Harry Potter). Aunque la primera estrategia pertenece aún al ámbito de la ciencia ficción, algunos avances recientes han situado las capas de invisibilidad en el marco de la más rigurosa investigación científica.
La revolución en capas de invisibilidad data de 2006, cuando John Pendry, del Colegio Imperial de Londres, y sus colaboradores propusieron la teoría de la óptica de transformación. Aquel trabajo demostró la posibilidad de desviar la trayectoria de la luz de la manera deseada si, para ello, se empleaban ciertos materiales dotados de propiedades eléctricas y magnéticas muy exóticas.
Mayo 2013
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