Un sistema propuesto para California, similar a los existentes en México, Japón y otros lugares, permitiría alertar de un terremoto con antelación suficiente como para salvar vidas.
TOM WHALEN
Las redes de alerta sísmica detectan las primeras fases de un terremoto y emiten una alarma con decenas de segundos de antelación, tiempo suficiente para tomar una serie de medidas clave.
La mayoría de los sistemas se basan en que un seísmo acontece en dos etapas: una sacudida que avanza con rapidez tras la que sobreviene una onda lenta, la cual provoca la mayor parte del daño.
Una red de sismógrafos permite determinar en muy poco tiempo el epicentro del seísmo, predecir con mayor exactitud su intensidad y reducir la incidencia de alarmas falsas o fallidas.
Ya existen redes semejantes en varios lugares del mundo. El sistema propuesto para California podría estar listo en cinco años, y la inversión quedaría amortizada con creces tras el primer terremoto.
Entre los desastres naturales, los seísmos constituyen un caso único: golpean sin ningún tipo de aviso previo. El terremoto de Loma Prieta, por ejemplo, sacudió la bahía de San Francisco el 17 de octubre de 1989, justo cuando la ciudad se preparaba para el encuentro de la Serie Mundial de béisbol entre los Gigantes de San Francisco y los Atléticos de Oakland. A las 17:04, un deslizamiento de la falla de San Andrés provocó el desplome de más de dos kilómetros de una autopista de dos niveles, así como el de parte del Puente de la Bahía, entre Oakland y San Francisco. Perecieron más de 60 personas. Durante años, los expertos han intentado dar con alguna señal que, por débil que fuera, permitiese predecir con exactitud el lugar y el momento en que se desata un gran terremoto. Tras decenios de esfuerzos infructuosos, muchos dudan de la existencia de tales signos.
Sin embargo, aún quedan esperanzas. Un terremoto comienza con leves sacudidas que, hasta cierto punto, anuncian su intensidad y alcance. Unidos a los sistemas modernos de telecomunicaciones, los nuevos hallazgos en sismología pueden proporcionar un aviso con algunas decenas de segundos de antelación. Aunque no parece gran cosa, ese margen permite desconectar centrales eléctricas, paralizar redes ferroviarias, abrir de manera automática las puertas de los ascensores y alertar a los bomberos.
Junio 2011
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