
ARCHIVOS NACIONALES, INGLATERRA/MARK WEAVER
Kathy Wendolkowski solía dedicar su tiempo libre a la repostería. Durante el último año y medio, sin embargo, ha pasado entre dos y tres horas diarias en la página web de Old Weather (www.oldweather.org). Allí transcribe los datos de temperatura, presión atmosférica, dirección y velocidad del viento según fueron registrados en el diario de navegación del Foxglove, un dragaminas británico que patrulló el sur del Pacífico durante la Primera Guerra Mundial y los años siguientes. Un amigo que se dedica a la historia naval le habló del proyecto en octubre de 2010; poco después, Wendolkowski ya era adicta. Según confiesa, no tanto por los datos meteorológicos en sí como por las historias sobre el viaje y la tripulación.
Old Weather constituye una de las iniciativas que solicita la ayuda de voluntarios para recopilar datos a los que, de otro modo, no podría accederse. Según Philip Brohan, paleoclimatólogo y director del proyecto, un transcriptor profesional hubiera necesitado unos 28 años para realizar el trabajo que los voluntarios de Old Weather llevaron a cabo durante los seis primeros meses. Al igual que otros investigadores, Brohan analiza los datos meteorológicos del pasado con vistas a pronosticar el clima futuro: «Cada vez que hay una gran tormenta, la gente se pregunta si se debe al impacto humano sobre el clima. ¿Se trata de situaciones inusitadas u ocurría también antes? Para responder a tales preguntas, debemos conocer cómo ha cambiado el tiempo en el pasado».
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