Existe una creciente tendencia a reducir nuestras facultades superiores a la actividad de las neuronas del cerebro, a nuestra corporalidad biológica. Pero este conato reduccionista de solución ¿ayuda a comprender el clásico problema del cuerpo-alma?
El problema cuerpo-alma es considerado como uno de los problemas filosóficos más enrevesados. ¿De qué se trata? En un sentido amplio, concierne a la relación entre lo físico y lo psíquico. En un sentido algo más estricto, el problema cuerpo-alma se enmarca en la cuestión sobre la posibilidad de la interacción psicofísica. ¿Cómo pueden los sucesos físicos provocar procesos psicológicos, y viceversa?
Lo mismo en la vida cotidiana que en las ciencias partimos del hecho de que se dan interacciones psicofísicas. Por ejemplo, un relámpago produce una sensación luminosa; una piedra que me cae sobre el pie, una sensación dolorosa. El miedo comporta una aceleración de las pulsaciones cardíacas y el estrés lleva, a veces, a un infarto.
Julio/Septiembre 2003
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