El psicólogo Michael Schredl, del Instituto Central de Salud Mental de Mannheim, recomienda un entrenamiento específico contra la inquietud nocturna y otras alteraciones del sueño.
Profesor Schredl, ¿por qué con frecuencia duermen mal las personas sanas?
En estos casos se halla implicado el estrés, además de la predisposición y los procesos de aprendizaje. Tal y como demostramos en un estudio, la constitución genética influye sobre el modo en que el cuerpo maneja las situaciones estresantes. Con ello, determina también si somos más o menos vulnerables ante un trastorno del sueño. Una situación particularmente estresante suele constituir un desencadenante agudo que depara noches en vela a casi todas las personas. Puede tratarse de problemas laborales, la pérdida de un ser querido o una enfermedad grave. La cronicidad del trastorno surge como consecuencia de un círculo vicioso: los afectados se muestran preocupados de que la falta de sueño pueda empeorar su rendimiento. De este modo, cada vez les resulta más difícil conciliar el sueño, por lo que el mal dormir se convierte para ellos en un hábito indeseado.
Noviembre/Diciembre 2012
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En los países desarrollados, el descanso nocturno se reduce mientras aumenta la obesidad. Tal correlación no es casual: la falta de sueño conlleva un desequilibrio en el balance energético del organismo, lo cual favorece la aparición de alteraciones metabólicas.
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