Las personas con ceguera conservan un sistema de células fotosensibles de reciente hallazgo
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Las personas con ceguera conservan un sistema de células fotosensibles de reciente hallazgo, por lo que también son vulnerables al trastorno afectivo estacional o depresión invernal. Los individuos con dicho trastorno se enfrentan a graves cambios de humor en otoño e invierno. Algunos síntomas reveladores son una excesiva somnolencia, la falta de fuerzas y la apetencia de dulces y féculas.
En general, nuestro ritmo circadiano se halla sincronizado con el ciclo de luz y oscuridad: en ausencia de estos indicios, nuestra fisiología interna empieza a derivar.
El reloj corporal de los pacientes con trastorno afectivo estacional puede desincronizarse al acortarse los períodos y bajar la intensidad de la luz en invierno. Por ello, la exposición a una o dos horas de luz intensa por la mañana a menudo mitiga el trastorno y suaviza sus síntomas. Por otra parte, la relación que se ha detectado entre la aparición de cataratas (opacidad del cristalino que conduce a la pérdida de visión) y el desarrollo de la patología estacional sugiere con mayor fuerza que la detección ocular de la luz representa una clave en el trastorno emocional cíclico.
Septiembre/Octubre 2011
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El trabajo nocturno y a turnos es el pan de cada día en numerosas profesiones, con los riesgos que ello supone para la salud. El cambio constante del reloj interno altera los hábitos de sueño y alimentación de los empleados.
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